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lunes, 11 de febrero de 2013

“Un buen comienzo”


Has estado 40-42 semanas esperando que llegue el momento de tener al bebé en tus brazos, te lo has imaginado como algo idílico, nacerá, lo abrazarás y le darás tu pecho para que coma.

Pero muchas veces la realidad no es esta.  Hay muchos factores que entran en juego cuando hablamos de la lactancia materna: anatomía de la madre, anatomía del bebé, el tiempo, el apoyo…     Llegan los primeros días y tenemos grietas, el bebé no gana peso, nos duele…, y ahí empieza una espiral de problemas que no sabemos identificar.

Causas que no ayudan a un buen comienzo:

-          Separación madre bebé

-          Falta de apoyo e información

-          Bebé enfermo

-          Bebé muy dormilón

-          Madre enferma



Lo idóneo es que coja el pecho de su madre dentro de la primera hora posparto, es el momento en el que el bebé está más receptivo y su instinto de succión es más potente que nunca.

Conviene iniciar la lactancia cómoda, cuanto más informada estés más segura te sentirás. En Lactaria organizamos dos Cursos para embarazadas al año dónde podrás preguntar todas tus dudas, además puedes acudir a las reuniones semanales.  Si no eres de Zaragoza, puedes encontrar un listado de asociaciones en la web de Fedalma.

Existe la idea errónea de creer que un niño que duerme mucho es muy bueno y no hay que despertarle. La lactancia materna es a demanda, pero si tenemos un niño dormilón que no se despierta para comer, hay que despertarlo cada dos o tres horas. De lo contrario, nos encontraremos en un círculo vicioso, el bebé no come, por lo que duerme más, no tiene energía, va perdiendo peso y cuanto más peso pierde más cuesta despertarlo.

Otro problema muy común son las grietas. Sabemos que dar el pecho no tiene que doler, pero siempre hay alguien que dice “pero un poco al principio sí”, no es correcto, puedes sentir una sensación que antes no habías tenido, pero nunca dolor. Si hay dolor, hay una mala posición o un problema bucofacial del bebé. En este caso hay que revisar la postura y la boca del bebé para descartar un problema mecánico de succión.

En el caso de que el bebé esté ingresado puedes darle el pecho si el bebé puede, o bien extraerte leche para darla en diferido. La lactancia materna cobra más protagonismo en el  caso de bebé prematuro o enfermo, ya que los beneficios para el bebé son aún mayores.

En caso de que sea la mamá quien esté enferma y no le permitan amamantar, deberá extraerse leche para darla por otro método no invasivo. Una vez estén ambos juntos se retomará la lactancia materna directa.  Si esto resultara difícil, en Lactaria os ayudaremos en este proceso de Relactación.